miércoles, 26 de marzo de 2008

Terapia regresiva (XII)

Hoy quiero empezar haciendo un puente entre la experiencia que voy relatando y mi carta natal. Es sumamente interesante comprobar como todo se entrelaza. Tanto es así que esto va también para ti, mi querida Andrómeda ya que en tu comentario de hoy has hecho mención al enlace entre ambas experiencias y herramientas...

Empezaré por los tránsitos que tengo en estos momentos y que definen muy bien las experiencias que estoy teniendo.

Por un lado tengo a Plutón transitando mi casa V desde hace años. Para los que no sepan, la casa V de refiere a la creatividad propia y por lo tanto en ella también caben los hijos. También el Amor, es la casa que refleja cómo nos enamoramos, que clase de personas nos atraerán y cómo enfocamos ese tema, como lo expresamos y lo manifestamos. En mi caso está en Sagitario y Júpiter, su planeta regente, está en libra, el signo que define a las relaciones por antonomasia. Por lo tanto, para mí, el amor, es la búsqueda sagrada del más alto ideal en las relaciones: no me conformo con poco.

Y Plutón es el señor de las transformaciones, de la metamorfosis, de la búsqueda más profunda del alma, del descenso a las oscuridades de uno mismo. Sin Plutón, no hay evolución. Sin descenso a los infiernos es imposible encontrar el camino al cielo. Esto es así para mí, porque soy altamente plutoniana. No en balde tengo al Sol conjunto a él y éste, conjunto a Marte. Es decir, las transformaciones en mi vida pasan por profundas bajadas a los abismos, con todo lo que eso conlleva. Y para más inri, Plutón rige mi casa IV en Escorpio y reinando allí abajo, está mi Nodo Norte.

Entre otras cuestiones el Nodo N. se ocupa en astrología de indicarnos de donde venimos y hacia donde vamos, que dones traemos y debemos incorporar y que lastre debemos soltar.

Existe una gran dualidad en mí y soy consciente de ella, aunque no siempre lo fui. Por un lado funciono casi todo el tiempo con mi Luna en trígono a Mercurio, Venus y Júpiter. Estos aspectos hablan bien a las claras de la bonanza de mi carácter, soy una persona emocionalmente alegre, por dentro y por fuera y los que me conocen lo saben.

Sin embargo también tengo otra parte mucho más introspecta e indagadora, mucho más oscura, partes de mí que reflejan profundas heridas que no podían provenir sólo de este tiempo. También hace que mi carácter sea mucho más fuerte e intenso de lo que suelo demostrar y sólo aparece cuando entro en contacto directo con el dolor. Entrar en contacto con ese sentimiento no suele ser fácil para nadie, podemos sentirlo, eso es fácil, pero entrar en contacto con él es hacerte conciente del porqué de esa emoción. Y no me refiero a la aparente fuente de lo que te lo causa sino la razón primera o última, del porqué te sobreviene esa experiencia. Normalmente solemos echar balones fuera.

Quiero contar un sueño que tuve hace unos días y que no entendí en un primer momento, justo ahora que escribo esto, estoy empezando a darle un significado... Me veía delante de un espejo de cuerpo entero, y de repente no era yo la que estaba al otro lado, había otra persona, alguien con una máscara de dolor. Curiosamente en el sueño entendí que los espejos retienen la energía de quienes se han reflejado en él y éstas aparecen ante otros que tal vez estén necesitando "ver" algo que se les escapa de sí mismos.

El espejo, ahora entiendo, son los otros, esas otras personas que forman parte de tu vida y que te reflejan, nosotros a ellos y ellos a nosotros. Rara vez somos capaces de vernos tal cual somos en verdad, a veces, sólo el contraste de lo que provocamos o nos provocan hace que tomemos conciencia de partes ocultas a nuestros sentidos.

Eso es algo que me está pasando estos días. Uno cree haber alcanzado un cierto equilibrio y estado de conciencia y sin embargo las experiencias se encargan de bajarte los pies al suelo y nunca mejor dicho y te susurran a través del más profundo de los dolores, que todavía no estás lista.

Es algo que me ha solido suceder desde que tengo uso de razón y conozco el aviso y el proceso. Siempre que me parece estar lista para dar un paso más allá en el conocimiento de mí misma, antes...te prueban, te prueban para que lo que aprendas de tí se marque a sangre y fuego, para que el peldaño que tengas que subir, por pequeño que sea, se convierta antes en un escalón para gigantes, casi imposible de superar... Siempre ha sido así en mi caso y no acabo de acostumbrarme nunca, porque nunca te esperas lo que te viene ni por donde ...o sí... siempre llega cuando menos te lo esperas, y con quien menos te lo esperas, porque sino, sería muy fácil... y la vida, crecer, no lo es.

De todos modos voy a seguir con lo que iba, sólo que para comprender toda la dimensión de la experiencia que estoy viviendo, necesito llevar todo al proceso real por el que estoy atravesando.

Me voy a ceñir al tema que nos ocupa y que trata de cómo en el firmamento se marcan las experiencias que me están tocando vivir en estos momentos de mi vida y dejaré otras interpretaciones que también corresponden a esa casa V para otra ocasión.

Tengo el ascendente en Leo y una de las cuestiones que refleja este ascendente es precisamente la búsqueda del propio Sol central, la autentica creatividad, la autoridad interna y su manifestación.

Precisamente Leo es el regente de la casa V y por lo tanto, una de las necesidades básicas de mi ser en esta vida, es la búsqueda y realización de un amor personal, del amor entre dos y esa realización implica hacer de esta experiencia una obra de arte.

Aprender a amar, a entregar el corazón, pero desde la más profunda nobleza y dignidad (el astro Rey, el Sol) todo lo que no sea vivir eso, me daña y dañará hasta que no encuentre dentro de mí el modo de atraer ese tipo de amor autentico.

(Debéis entender, los que sois astrólogos, que hay muchos amigos que me leen y apenas se inician y entonces debo explicar, lo que para muchos es ya obvio)

Tengo además a Plutón natal en la casa I conjunto al Sol. Es decir, además de lo que ya significa el ascendente, mi Sol natal está en su signo (Leo) y en su casa de exaltación, la primera (Aries). Por lo tanto esa búsqueda es un imperativo para mí.

Más que esa búsqueda, me doy cuenta que es la experiencia en sí misma, me refiero a que no he tenido que buscar nunca las relaciones, siempre han venido a mí, de la forma que está indicada en mi carta.

Así, con sólo lo dicho hasta ahora, tenemos un cuadro somero, que refleja bien a las claras la importancia vital que van a tener las relaciones sentimentales en mi vida. Se puede ampliar y analizar mucho más, pero para comprender lo que ahora estoy transcribiendo en el blog, basta un botón.

Pasemos ahora a los tránsitos:

Como decía, tengo ahora a Plutón desde la V en trígono a Plutón en I. Este aspecto ya indica una profunda experiencia vital. Desde la V, casa del amor a la I casa de la personalidad conjunto al Sol como desarrollo de mi programa vital en esta vida y en Leo, se juntan todos los ases para tener una experiencia más allá de la conciencia y por lo tanto refleja clarísimamente la experiencia de "regresión" que he vivido y que estoy digiriendo tan poco a poco.

Plutón en cuadratura a mi Venus refleja más de lo mismo: una profunda trasformación con respecto a cómo vivo y siento el amor, hacia mí misma y en las relaciones. Nos dice que ha llegado la hora de tener un encuentro profundo con el mundo de los sentimientos y del poder interior, como si fuera la hora de la verdad para mí.

Una de las experiencias que se dan con este aspecto es que si tienes una relación, pasará por momentos determinantes y definitivos, no tiene porque morir...al menos no como final de la relación. Pero si existe una relación, con este aspecto, no sobrevivirá si no es sólida y autentica, por eso se dice que una mala relación desaparecerá y una sólida de afianzará y se transformará, a pesar de pasar por las peores pruebas...

Mañana seguiré analizando algunos aspectos más que indican todo lo que estoy viviendo y luego seguiré con lo que me queda por contar de la terapia. Creo que queda lo más bonito y un final de terapia de lo más bonito y emotivo. (final de esta primera etapa, pues son IV y no pienso perderme ninguna ya que Cristina San Miguel, mi querida terapeuta, cuenta con mi colaboración en el "divan" para completar el trabajo de esta terapia que por lo visto no ha hecho más que empezar...)

un abrazo

Enri

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1 comentario:

Anónimo dijo...

Interesante, esto de integrar la astrología y la experiencia que estás viviendo: a mi no me molesta que lo expliques con palabras básicas, al contrario, así integro mejor lo que quieres decir.

Como dijiste: ángel versus demonio. Yo lo comprendo a la perfección, en mi misma, en mi propio interior, porque es una parte de mi experiencia vital que estoy teniendo, como bien sabes, justo en estos precisos momentos.

El tomar el camino del sacrificio de los intensos y oscuros deseos plutonianos, para lograr el darse completamente.., vaya, es una de las cosas más difíciles a las que puede enfrentarse uno. ¡Qué gran y digna batalla! Digna de las potencias de Leo, sin duda alguna.

Yo creo que venceremos. Simplemente, porque nos hemos propuesto librar la batalla, ya simplemente. Es como una dura, clara, honesta y firme declaración de intenciones.

Andrómeda.