martes, 8 de septiembre de 2009

El mundo onírico..4ª parte

Con el fin de evaluar estos principios de la interpretación de los sueños y de la acción social, reuní un conjunto de sueños correspondientes a niños pequeños y no tan pequeños, adolescentes y adultos Senoi, y los comparé con conjuntos equivalentes reunidos en otras sociedades donde existen diferentes actitudes sociales hacia los sueños y diferentes métodos para su interpretación.
Mediante este estudio más amplio encontré que el proceso onírico evolucionaba en forma diferente en las diversas sociedades, y que la evolución de ese proceso onírico parecía hallarse relacionada con la adaptabilidad y el rendimiento creativo individual de las diversas sociedades. Al lector posiblemente le interese analizar en detalle los métodos Senoi de interpretación de los sueños.

El sueño de ansiedad o terror más simple que encontré entre los Senoi fue el de la sensación de caída. Cuando un niño Senoi cuenta que soñó caer, el adulto le contesta entusiasmado: "Ese es un sueño maravilloso, uno de los mejores sueños que pueda tener un hombre. ¿Hacia dónde caíste y qué descubriste?". Se escucha el mismo tipo de comentario cuando el niño cuenta que soñó estar trepando, viajando, volando o deslizándose a ras de tierra. Como si fuera alguien de nuestra sociedad, las primeras veces el niño contesta que la sensación no parecía tan maravillosa y que se asustó tanto que despertó antes de alcanzar a caer en alguna parte.

"Eso fue un errar", contesta la autoridad adulta. "Todo lo que hagas en sueños tiene un propósito, más allá de que !o comprendas o no mientras duermes. Debes relajarte y disfrutar cuando caigas en sueños. Caer es el media más rápido de ponerse en contacto con los poderes del mundo de los espíritus, los poderes que te son revelados a través de los sueños. Vamos, cuando te sientas caer en un sueño, debes recordar lo que te estoy diciendo ahora, debes sentir que estás dirigiéndote hacia la fuente del poder que ha provocado tu caída".


"Los espíritus de la caída te aman. Te están atrayendo hacia su reino y no debes hacer otra cosa que relajarte y continuar durmiendo con la intención de unirte estrechamente a ellos. Cuando los encuentres, podrás llegar a asustarte de su terrible poder, pero sigue adelante. Cuando en un sueño pienses que estás
muriendo, lo único que te ocurre es que estás recibiendo los poderes del otro mundo, tu propio poder espiritual que se había vuelto en tu contra y que ahora quiere coincidir contigo si tú quieres aceptarlo".

El hecho asombroso es que, después de un cierto tiempo, con este tipo de interacción social -elogiosa o crítica, imperativa y consejera- el sueño que se inició con miedo a la caída se transforma en la alegría de volar. Esto le ocurre a todo el mundo en la sociedad Senoi. Aquello que era habitado por el miedo o la ansiedad, se convierte en el hábito de la alegría o del acto de voluntad; aquello que era considerado malo en cuanto a las fuerzas que provocaban la caída del niño, se convierte en buena voluntad para con los habitantes del mundo onírico, porque él se relaja en su sueño y encuentra que sus aventuras son agradables, en vez de despertarse empapado por el sudor y con el cráneo helado por el terror.

Los Senoi creen y enseñan que el soñante -el "Yo" del sueño- siempre debe seguir adelante y atacar en presencia del peligro, invocando en el sueño las imágenes de sus compañeros si es necesario, pero peleando con sus propias fuerzas hasta que ellos lleguen. Los Senoi creen que en los malos sueños los verdaderos amigos nunca atacarán al soñante ni rehusarán ayudarlo. Si algún personaje onírico aparenta ser amigo pero resulta ser hostil o no coopera en un sueño, entonces él sólo está usando la máscara de un amigo.

Si el soñante ataca y mata al personaje onírico hostil, el espíritu o esencia de este personaje onírico en adelante siempre emergerá como un sirviente o un aliado. Los personajes oníricos sólo son malos mientras uno les tema y retroceda ante ellos, y continuaran pereciendo malos y atemorizantes mientras uno se
niegue a unirse estrechamente con ellos.

Según los Senoi, los sueños placenteros, como el volar o el amor sexual, deben proseguirse hasta alcanzar un desenlace, el cual, al despertar, lo deja a uno con algo bello o útil para el grupo. Por ejemplo, cuando uno termina de volar puede llegar a alguna parte, reunirse con los seres del lugar, escuchar su música, ver
sus construcciones y decoraciones, sus danzas y aprender su conocimiento útil.

Los sueños de amor sexual siempre deben continuar hasta el orgasmo, y luego el soñante debe pedirle a su amante en sueños el poema, la canción, la danza, el conocimiento útil que expresará al grupo la belleza de su amante espiritual. Si esto se cumple, ningún hombre o mujer de los sueños puede quitar el amor que pertenece a los seres humanos. Si el personaje onírico que pide amor aparenta ser un hermano o una hermana, con quienes hacer el amor en la realidad sería anormal o incestuoso, uno no tiene por qué temer de expresarle el amor en sueños, ya que estos entes oníricos no son en realidad hermano o hermana, sino
que sólo han elegido estas imágenes tabúes como disfraz. Tales entes oníricos son solamente facetas de la propia conformación espiritual o psíquica, Facetas que están disfrazadas de hermano hermana y que no podremos llegar a utilizar en nuestro provecho hasta que sean domesticadas o poseídas a través de la libre expresión de amor en el universo de los sueños.

Si el soñante pide y recibe de sus parejas amatorias una contribución que no puede expresar al grupo al despertar, no podrá expresar o experimentar demasiado amor en sueños. Una rica vida amorosa en sueños significa el favor de los entes del universo espiritual o emocional. Si el soñante ofende a las imágenes oníricas de sus compañeros o se niega a cooperar con ellos en sueños, debe tomarse el trabajo de expresarles amistad y cooperación al despertar, ya que los personajes oníricos hostiles sólo pueden usar la imagen de la gente con la cual se
está deteriorando la buena voluntad. Si la imagen de un amigo hiere en un sueño el soñante, este debe advertirle del hecho, cosa que aquél pueda tener oportunidad de reparar su imagen dañina o negativa por medio del trato social amistoso.


Continua...

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