Bastien encontró este artículo sobre el Origen de la Astrología que no tiene desperdicio y lo ha querido compartir con nosotros.
Me parece que está tan bien explicado que simplemente lo pego:
LOS ORIGENES DE LA ASTROLOGIA
Los autores sitúan el origen de la Astrología en la capacidad de observación de los primeros seres humanos sobre la Tierra. Contemplando las estrellas y las estaciones pudieron determinar zonas de influencia, y así poder llegar a toda una ciencia donde se combinaban número y forma. Esta manera de pensar es común denominador de la mayoría de los investigadores sobre el tema, pero a nuestro entender tal supuesto no determina el origen. Cierto que el hombre tuvo que deducir y comparar, pero no por si mismo, si no contrastando a su vez un viejo conocimiento que fue traído desde el Cielo.
Parece lógico suponer que seres con capacidad de analisis aéreo, telescópico o similar, pudieron confeccionar algún tipo de mapa celeste capaz de servir de ruta a los Viejos Dioses visitadores del Planeta Tierra. Fueron estos los que además de entregar los tejidos, los metales y las primeras pautas evolutivas a aquellos pobladores, entregaron a su vez las ideas básicas por las cuales el ser comenzaría a despegarse de su medio o entorno natural y comprender las estrellas que cada noche le visitaban.
Existen muchos restos de civilizaciones que sitúan cierta cultura astrológica en épocas anteriores a la Prehistoria. No vamos ahora a enumerar todas las pruebas, puesto que no es el objeto de este artículo, pero sí reafirmar que desde una idea básica entregada por seres del espacio, el hombre primitivo comenzó a elaborar sus primeros esquemas comparativos y a definir lo que todavía es una ciencia en embrión.
Son dos los focos principales de esta cultura astrológica: uno la zona de Mesopotamia, con los famosos astrólogos caldeos y otra, aún más conocida y encumbrada, la cultura egipcia, que quizás desde allí se ramificó y fundamentó las restantes, incluida la caldea -aunque hay autores que prefieren referenciarlo al revés. Nosotros, aún somos más audaces y la situamos en otro continente, hoy extinguido, llamado La Atlántida, que se ubicaba en lo que ahora se llama Océano Atlántico y cuyos últimos vestigios pueden ser las Islas Canarias, Azores y Madeira.
Fueron los sacerdotes del Templo de Poseidón los que custodiaban este arcano conocimiento y lo transmitían por vía iniciática a los que, después de pasar las pruebas de rigor, conseguían hacerse acreedores al mismo.
Una de las tres lunas que orbitaban por aquel entonces la Tierra, cayó sobre dicho continente y todo se sumergió bajo las aguas. Previamente los sabios -que ya habían previsto tal evento por medio de la Adivinación y la Astrología, hicieron un peregrinaje a diferentes puntos del planeta. Fue en Egipto, una de sus colonias, donde mejor se pudo almacenar sabiduría. Hermes, llamado "el tres veces grande" fue quien realizó el viaje a fin de sellar un tiempo y comenzar otro nuevo.
Ese insigne filósofo, mitad Dios, mitad Hombre, enumeró los siete principios base del esoterismo en su "Tabla Esmeralda". Principios que todo estudiante de Astrología debe conocer y sentir en su interior, ya que más que principios filosóficos son pautas éticas por las cuales comprendemos el devenir de la Divinidad o del Cosmos manifestado.
Para comenzar correctamente nuestro estudio volvemos a hablar de la cultura atlantídea, de la egipcia y de los movimientos raciales y geográficos de aquel pasado remoto.
Hubo un tiempo, cifrado en miles de años, que todos los habitantes del Planeta Tierra vivían en un pequeño continente situado en el Océano Atlántico, entre América y Europa. Este continente conocido por el nombre de "Atlántida", poseía el nivel de cultura más elevado que se ha conocido en la historia de nuestro globo. Sus habitantes, de tez oscura, se repartían por una geografía óptima por su clima y por su disposición de abrigo entre los grandes continentes que la rodeaban: la famosa Hiperbórea -Groenlandia- que cerraba paso a los hielos del Norte, y tierra que acolchaba y protegía al citado de cualquier inclemencia por los demás puntos cardinales.
Dentro de él, como hemos dicho, se había desarrollado una cultura fantástica que en mayor medida se conservaba retirada del pueblo puesto que la casta sacerdotal -que era a su vez depositaria del poder tenía la precaución de no transmitir lo que celosamente se les había entregado por parte de los seres del espacio. Fueron varias las culturas extraterrenas que conectaron con la elite espiritual de aquella raza, estableciendo unos lazos de cooperación notables. Por aquel entonces este continente estaba vinculado a la Gran Confederación Intergaláctica de pueblos libres y redimidos del mal. Era por tanto lógico y frecuente ver los platillos volantes, que ahora tanto nos asombran, circular por calles y campos sabiendo que de aquellos ingenios sólo podía venir bendición y conocimiento.
Miles de años donde la sabiduría se fue archivando en los sagrados templos de aquel pueblo, en mayor medida en el Poseidón o gran construcción concebida de acuerdo a las medidas cósmicas y que contenía una pirámide parecida a la de Keops en Egipto, pero aquella totalmente cubierta de oro puro que a semejanza de un faro luminoso multiplicaba las frecuencias del Sol por todo su entorno. Aquel templo y aquella pirámide contenían a su vez un aparato magistral, en forma de cristal de material desconocido regalado por los tutores del espacio y que en la parte alta de la citada pirámide hacía de ojo vigilante de cuanto ocurría en cientos de miles de Km.. A través de dicho aparato y por medio de la geometría precisa de la gran construcción, se atraía la energía cósmica dulcificadora capaz de armonizar las relaciones humanas, las cosechas y la benignidad del clima casi tropical que les producía bienestar perpetuo.
Podría decirse que este período estuvo ocupado por el hombre consciente puesto que nunca antes ni con la época lemuriana ni siquiera ahora en nuestros días, la dignidad del hombre ha alcanzado mayor cota y mejor vibración. Pero como era de esperar en la lógica de crecimiento y decrecimiento de los fenómenos, no podía durar mucho puesto que como siempre decimos, una cultura debe parir a la otra y un tiempo debe dar pie al nacimiento de otro más fecundo. Y así la cultura atlantídea debía desaparecer para comenzar otro tiempo que tenía como punto de arranque el Antiguo Egipto.
El poder y magnificencia de aquella sociedad fue pronto codiciada por los pueblos bárbaros ribereños y en la medida que el tiempo pasaba eran frecuentes las incursiones de los ladrones y piratas, insaciables en su deseo de conquista de las tierras y bienes de la Atlántida.
Poco a poco el pueblo comenzó a degenerarse, desoyendo a los sacerdotes guardianes del conocimiento. Por otra parte, les caudillos y caciques conquistadores imponían costumbres licenciosas y la decadencia sexual y moral se hizo código de comportamiento de aquellos pobladores. Mientras esto ocurría, la geografía del planeta estaba cambiando, evolucionaba a una estructura de continentes más estable. El Hiperbóreo comenzó a hacer fisuras por donde penetraban las frías aguas del Norte que incidieron en el clima atlantídeo y en sus cosechas. La Atlántida -que era más baja que la tierra del Norte- pronto se vio inundada por las aguas, y lo que antes había sido un solo continente, ahora se repartía entre pequeñas islas en forma de racimo por todo el Atlántico.
Los sacerdotes y sabios hicieron llamamientos a aquel pueblo que padecía las consecuencias de su degeneración, pero éstos, borrachos de desenfreno sólo atendieron los apetitos de sus sentidos. Todo se estaba perdiendo y ninguna fuerza podía parar el mal que cabalgaba a sus anchas entre los hombres de aquel tiempo. Los seres del espacio retiraron el ojo vigilante de la gran pirámide y pasaron a la invisibilidad; el Consejo Supremo de la Gran Confederación así se lo ordenó.
Acontecimientos sangrientos y dolorosos debían llegar y sólo lo salvable debía ser salvado.
En el momento preciso de tal proceso de autodestrucción, el Gran Maestre del Poseidón envió a sus emisarios a través de lo que quedaba de la Atlántida y convocó un Concilio entre todos los altos iniciados y las fuerzas aún fieles a las Leyes Cósmicas. Se reunieron en la Gran Pirámide todos los referenciados de las siete órdenes esotéricas que gobernaban el mundo nutridas por sus representantes respectivos y una delegación extraterrena que representaba a la Gran Confederación Intergaláctica.
- "Hermanos! -dijo el Gran Maestre-, lo que nuestros astrólogos y sabios han anunciado, se ha cumplido. El proceso de regeneración es imposible. Sometamos por tanto a votación nuestros destinos y proyectos y busquemos una salida digna para el conocimiento que ha sido entregado por nuestros padres y hermanos del espacio."
La gran sala circular reunió a los más venerables Ancianos de la Sabiduría. Todos tenían en sus ojos la humedad de la tristeza ya que a pesar de su esfuerzo debían retirarse de nuevo a la verdad esotérica, a la verdad oculta en las grutas y en los templos iniciáticos. De nuevo, la Luz debía meterse en la Oscuridad porque el hombre no sabía y no podía asimilar el brillo de la Verdad.
El debate fue amplio y cargado de sentimientos, pero al final llegó el consenso y se tomaron los siguientes acuerdos:
1) Parte de los iniciados de cada una de las siete órdenes esotéricas que gobernaban el proceso espiritual de la Humanidad, debía marchar a la entonces colonia comercial de la Atlántida -Egipto- y recomenzar el proceso de reconstrucción espiritual.
2) El resto de los maestros debía introducirse en las Ciudades Subterráneas del Planeta que se encontraban en el subsuelo de Sudamérica y el Tibet y aguardar allí hasta el final de la Era Acuario con el resto del conocimiento.
3) Establecer un Gobierno Oculto de la Tierra que en todo momento seguiría el proceso evolutivo de la superficie y que tendría su sede en "El Dorado" y "Shambhala", situadas respectivamente en los lugares citados.
4) Programar a través de la Historia y según las necesidades de cada momento, cada raza y cada cultura, a diversos individuos que serían inducidos, guiados telepáticamente y asistidos por dicho gobierno interno y por las fuerzas extraterrenas allí presentes.
5) En cuanto al programa extraterreno, se les dejaba absoluta autonomía de acción y por tanto se establecían bases de apoyo a dicho gobierno interno en Las Bermudas, Pirineos, Sudamérica, etc...lugares donde se seguiría la marcha de las razas en el planeta y se ayudaría a los diversos programados que nacieran y fundaran movimientos a lo largo de la Historia de la Humanidad.
6) Las fuerzas del exterior construirían una gran base espacial que se situaría en órbita terrestre detrás de la cara oculta de la Luna. Igualmente el propio satélite albergaría otras tantas instalaciones del aparato de vigilancia de las diversas culturas extraterrestres que regresarían a sus respectivos puntos de origen, una vez que hubieran establecido el programa de fecundación genética que les había sido ordenado por la Gran Confederación de Mundos.
Estos fueron los puntos básicos de aquella reunión. Aún ahora se siguen cumpliendo en el espíritu de cuanto se pactó y dedujo en los debates de todos los maestros de la antigua Atlántida.
Tan solo faltaba un detalle y era designar al jefe espiritual para el nuevo tiempo y la nueva etapa de transición que venía enseguida, puesto que todo cambio social y cultural importante en la Historia se apoya en el nacimiento o impulso de un Mesías, de un caudillo o de un alto iniciado que termina siendo la cabeza visible de todo un aparato o soporte que actúa en la sombra.
Así pues, todos los presentes se pusieron en pie y levantaron los ojos fijándolos en el punto focal de la pirámide donde colgaba un bastón de oro reluciente. El bastón comenzó a girar por encima de las cabezas de los reunidos hasta que se detuvo sobre la de un joven alto y moreno que con los ojos bajos se maravillaba de lo que allí estaba pasando. Este joven no era otro que "Hermes" y su misión sería la más grande de todos los tiempos y de todos los altos iniciados que han existido.
Terminada la reunión, cada grupo marchó a sus respectivos destinos. Lo que quedaba de la Atlántida iba a ser destruido irremediablemente. Los rollos y manuscritos así como los instrumentos de alta magia y de ciencia cósmica fueron sacados de los templos y llevados al reducto interno de la Tierra. Los seres del espacio sacaron con sus astronaves los restos de cuanto hablaba de la Historia del planeta y fue codificado en ondas vibracionales que se alojaron en los Sagrados Registros Akhásicos.
Estos extraterrestres dejaron al Planeta que buscara libremente su destino y se desactivaron todas las fuerzas cósmicas que habían sido atraídas por los ingenios colocados en el cinturón de las pirámides distribuidas por toda la Tierra. Las fuerzas antigravitacionales cesaron dando como consecuencia inmediata la caída de uno de los satélites naturales del planeta que viajaba a una órbita paralela a nuestra Luna. Dicho descenso impactó precisamente en lo que quedaba de la Atlántida y el ancestro continente se hundió definitivamente.
Poco antes de su destrucción, Hermes, acompañado de otros iniciados, marchó a Egipto y comenzó la etapa de educación e información más fecunda que se haya conocido hasta la fecha.
Los pueblos hasta entonces alejados de la cultura Atlantídea, como lo eran Grecia, Asia y la India, viajaron por medio de sus iniciados y profetas a Egipto a fin de recibir el conocimiento Sagrado que fluía a través de Hermes; todo un colectivo de seres invisibles le asistía a través del mundo del espíritu. Se dice que escribió cientos de manuscritos donde plasmó todo su saber alquímico, astrológico, moral, histórico y cosmogónico que la mente humana era capaz de concebir y preparó a otros iniciados que a su vez pusieron en marcha, de regreso a sus países, las principales religiones que ahora mismo funcionan en el mundo.
Hubo un tiempo, por tanto, en que el Antiguo Egipto iluminó como faro incandescente a toda la Humanidad y este Hermes fue llamado "Trismegisto" o "tres veces grande" y fue adorado como el Dios Thot en esa cultura y como Hermes en la griega.
La mayoría de sus tratados se perdieron en los incendios de la Biblioteca de Alejandría, aunque se dice que tan solo se quemaron las copias y que los originales son conservados por la Gran Fraternidad Blanca oculta en el interior del Planeta. También se dice que se encuentran en el reducto interno de la Gran Pirámide de Keops. En ella yace también escondido el sincronizador u ojo cósmico que cubría la piedra angular de la Gran Pirámide del Templo del Poseidón que era de la misma naturaleza y estructura del que en su día brilló también en Keops.
Escasos fragmentos de la filosofía de Hermes han llegado a nuestros días.
Incluso las traducciones efectuadas a sus originales son dudosas, pero no obstante, llegó lo que en definitiva ha creado toda una escuela de auténtica iniciación y hermetismo. Libros como "El Kibalión", "Poimandres", "Asclepios" o "La Llave", han llenado la mente de los sanos buscadores del último porqué e inspirado a otros tantos luchadores contra la ignorancia. Se dice que vivió trescientos años y que marchó vivo a las estrellas con sus hermanos extraterrestres una vez terminada su misión.
"Hermes vio el conjunto de las cosas, y habiéndolas visto, comprendió, y habiendo comprendido, tuvo el poder para manifestarse y revelarlas. Lo que pensó, lo escribió; lo que escribió, lo ocultó en gran parte, callando con sabiduría y hablando a la vez, a fin de que, mientras durase el mundo, Hermes volveria a buscar estas cosas. Y habiendo ordenado a los dioses, sus hermanos, que le sirvieran de cortejo, subió a Las estrellas."
Quizás la más estudiada y famosa de sus filosofías sea "La Tabla Esmeralda". por cuya comprensión puede el hombre escalar el conocimiento absoluto del Dios Cósmico, del Dios total, del profundo motivo de cuanto vibra en el mundo de las formas y de las apariencias.
Estos son los siete principios sagrados de la citada Tabla que a pesar de ser conocidos por la mayoría, nunca dejan de ser actuales y objeto de profunda meditación:
- PRINCIPIO DEL MENTALISMO.- "El Todo es mente, el universo es mental".
- PRINCIPIO DE CORRESPONDENCIA.- "Como arriba es abajo, como abajo es arriba".
- PRINCIPIO DE VIBRACIÓN.- "Nada es inmóvil; todo se mueve, todo vibra".
- PRINCIPIO DE POLARIDAD.- "Todo es doble; todo tiene dos polos; todo su par de opuestos; los semejantes y los antagónicos son lo mismo; los opuestos son idénticos en naturaleza, pero diferentes en grado; los extremos se tocan; todas las verdades son semiverdades; todas las paradojas pueden reconciliarse".
- PRINCIPIO DEL RITMO.- "Todo fluye y refluye; todo tiene sus períodos de avance y retroceso; todo asciende y desciende; todo se mueve como un péndulo; la medida de su movimiento hacia la derecha es la misma que la de su movimiento hacia la izquierda; el ritmo es la compensación".
- PRINCIPIO DE CAUSA Y EFECTO.- "Toda causa tiene un efecto; todo efecto tiene su causa; todo sucede de acuerdo con la Ley; la suerte no es más que el nombre que se le da a una Ley no conocida; hay muchos tipos de casualidad, pero nada escapa a la Ley".
- PRINCIPIO DE GENERACIÓN.- "La generación existe por doquier; todo tiene sus principios Masculino y femenino; La generación se manifiesta en todos los planos".
Fué como hemos dicho en Egipto donde se llegó a la cumbre del conocimiento iniciático en los templos de Isis y Osiris. Allí los sacerdotes implantaron una academia de sabiduría que fue visitada por los maestros de otras culturas, como es el caso de Pitágoras, quien creó en Grecia toda una escuela de filosofía y a quien debemos el "Pentagrama", parte de la geometría actual y su numerología aplicada.
He referenciado los templos de Isis y Osiris ya que el que ha leído mis trabajos sobre el "contactismo" sabrá que estos personajes, junto con "Ra" fueron seres de altísima evolución que llegaron a la Tierra procedentes de la Constelación de Orión para traer los primeros estímulos de cultura.
Es lógico pensar que estos dioses tuvieron una inteligencia muy precisa para recorrer las rutas celestes y, evidentemente, sin intervenir decisivamente en la marcha evolutiva del pueblo egipcio, consiguieron seguir con la tradición astrológica que sólo a unos pocos entregaron.
La disciplina Astrológica termina por hacerse práctica en el Helenismo y la Roma Antigua con su politeísmo planetario que irrumpe en le vida de los seres. Para nuestros ancestros "Marte" era el Dios de la guerra debido a su violencia. "Venus" el del amor, etc...Si estudiáis la mitología comparada de ambos veréis inequívocamente que ya ellos habían atribuido a los Dioses las características planetarias que hoy conocemos y que definimos exactamente.
Todas las teogonías de los pueblos parten de un principio Solar y Lunar para después establecer estirpes y sagas de Dioses que no reflejan sino conjunciones entre ellos; parámetros de distancias y de influencias, que como reitero, son la moderna Astrología. Incluso el planeta Plutón -que hace muy poco ha sido descubierto- lo tenían perfectamente definido dentro de la familia de esos Dioses a los que adoraban. Citan también otras deidades que seguramente corresponderán a planetas que aún no han sido descubiertos y que sin duda están ahí esperando consolidar y resolver el conocimiento iniciático que estos antiguos recibieron de los extraterrestres.
APUNTES METAFÍSICOS
http://www.nuevatlantida.com/
Un fuerte abrazo a todos y continuamos...
Enri
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