Hoy quiero escribir una carta a todos mis amigos, mi familia, la que yo he creado y entre los que incluyo algunos que lo son de sangre.
Como siempre mi carta será larga y dividida en partes porque suelo dar un rodeo para llegar a donde quiero llevaros, no por entreteneros sino porque a veces, es necesario salir fuera del propio meollo de la cuestión para poder comprenderla.
Cuando era pequeña, la navidad era realmente mágica. La inocencia es un gran bien que desaparece poco a poco con el tiempo y los avatares de la vida.
Yo tuve la suerte de al menos poder conocer algunas navidades blancas, tanto por el blanco de la nieve, como por el blanco de mi corazón.
Sé que muchos seres en la tierra, muchos niños que tendrían que vivir lo mismo, no lo han conocido. Me consuela saber lo que sé del mundo más allá de las apariencias. Pero en estas fechas, ese consuelo se vuelve dolor precisamente porque recuerdas más que nunca que nadie tendría que carecer, que faltarle el amor. Ese amor al que me refiero se manifestaría en ese cuidado, cariño y apoyo que todo niño necesita para crecer.
Hace tiempo llegué a la conclusión que jamás dejamos de ser aquellos niños anhelantes de amor e ilusión, protección y cuidado. Muchos lo olvidamos y nos pensamos como seres adultos sin nada que ver con lo que fuimos. Otros, sin embargo, sentimos que nunca hemos dejado de ser aquellas personitas de las que nunca debimos separarnos. Y digo que no debíamos habernos separado de ellas porque somos ellas por encima de todo. Lo demás son experiencias que se van añadiendo y que van transformando nuestra percepción, tanto de nosotros mismo como de lo que nos rodea, tanto como va cambiando nuestro cuerpo.
Ayer hablaba con un amigo, uno de esos a los que no ves nunca, que solo mantienes un contacto epistolar o telefónico y que sin embargo tiene y ha tenido profunda influencia en gran parte de mi devenir en los últimos 8 años. Es un astrólogo extraordinario, no solo porque sabe, sino por la profunda inteligencia espiritual de la que siempre ha hecho gala. Tiene cara de sacerdote egipcio y estoy segura que fue un gran maestro en aquellos tiempos, creo que nuestra amistad se remonta a aquella época.
Estábamos hablando del tiempo, y me decía que el tiempo no existe, y me ponía como ejemplo que por dentro, seguimos siendo o percibiéndonos siempre los mismos. Estoy por supuesto de acuerdo. Sólo lo que nos rodea va cambiando. Nuestro interior es un centro del que partimos hacia adelante, por la dimensión en la que vivimos. Sin embargo hay un matiz importante. Por un lado, dejamos en gran parte de ser nosotros mismos en el mismo instante en que crecemos a través de las distintas etapas de la vida partiendo de la niñez.
Es como si un velo cubriera parte de lo que somos en realidad.
Cambiamos porque somos tiernos, permeables y vulnerables a lo estímulos que nos llegan de fuera, de la familia primero. Esa es una de las circunstancias que más nos influye para determinar si encerramos a la criatura que somos, simplemente porque si sufrimos mucho y no hacemos esto, no sobreviviríamos a la niñez. De otro modo si lo que ésta nos aporta nos ayuda a madurar, crecemos de un modo saludable y llenos de seguridad y esa parte ingenua e inocente con la que iniciamos nuestra vida forma parte integra de nuestra personalidad y no está marginada en la sombra y asomando cuando menos lo esperar de la forma más "infantil". Ese es el termino peyorativo que se le da a un adulto que no suele comportarse con la madurez que se le presupone a su experiencia vital. No es lo mismo tener integrado a nuestro niño interior con el adulto de hoy, que ser un adulto por edad pero con la inmadurez emocional de la criatura que dejamos olvidada tras muchas capaz de barniz intelectual y que reclama de vez en cuando su hambre de existir por derecho propio.
Por experiencia la vida me ha ido demostrando que para llegar a ser lo que somos en realidad, para llegar a la personalidad primigenia con la que muchos llegamos al mundo, hace falta un largo recorrido de pruebas a lo largo del tiempo, para que podamos reconocer aquel o aquella que realmente somos.
No existe la casualidad y no nos encontramos con las dificultades de unos padres X porque si. El mapa astral es una guía extraordinaria para comprender que cosas nos han aportado nuestros padres y familia en la niñez, tanto por exceso (sobreprotección) como por defecto ( falta total del amor y cariño que nos nutriera o al menos en gran parte).
Si a lo largo de mis post he hablado muchas veces de que lo que hay fuera es un reflejo de lo que tenemos dentro, hay que mirar entonces esto desde la perspectiva de que tenemos que integrar en nosotros mismos a lo largo de los años aquello que sentimos que no hemos tenido por fuera. Llegar a ser un ser completo, independiente, emocional e intelectualmente, significa liberarse y liberar a los padres o cuidadores de la responsabilidad de llenar todas las sombras y los huecos de los que aparentemente son responsables.
Sé que es duro pensar en las criaturas que están esclavizadas y maltratadas hoy en día.
Son tantos millones que ezpeluzna y demuele al más fuerte si te paras a pensarlo. La idea de que son responsables y tendrán un trabajo muy duro para salir adelante, tan siquiera como seres humanos libres a nivel mundano, es dura de aceptar. Ya sería todo un logro conseguir algo de justicia.
Pero si no somos capaces de hacer esa reflexión, entonces nos cerramos a la idea de que existe una justicia más allá de nuestro concepto de la misma y de que existe una inteligencia que la imparte y sabe muy bien porque sucede esto. Si no pensara así me habría muerto de pena cada vez que pienso en ciertas partes del mundo donde la esperanza de vida para algunas criaturas no es ni de 5 años.
Eso no quiere decir que los demás tengamos que quedarnos de brazos cruzados a la espera de que cada uno apechugue con lo que le ha tocado. Yo no lo veo así, más bien se trata de todo lo contrario y trabajar en varios frentes. Por un lado trabajarse uno por dentro, tratar de comprenderse, de conocerse, de entender la existencia hasta donde cada uno llegue, de ser coherentes, honestos, sencillos y pensar en una máxima que olvidamos con demasiada facilidad, "No hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a ti". Por otro lado, si partimos de la base de que somos una red inseparable, que somos una sola conciencia, la solidaridad hay que aplicarla cada uno desde su propia posibilidad. Para unos será la acción directa, para otros denuncia, para otros la toma de conciencia y el trabajo alquímico de transformar y aportar su grano de luz a través de su propia búsqueda, aquella que le pueda servir de guía y luz a otros. Esos seres son los que nos ayudan a transformarnos y ha habido unos cuantos a través de la historia.
Y ya que estamos con la niñez y la navidad, es imposible obviar el acontecimiento que da a razón a todo ello. Sé que voy saltando de una cosa a otra, pero al final como siempre, espero veáis a donde quiero llegar.
Uno de esos seres de los que hablaba y que nos han traído más luz, a pesar de lo muy manipulado y reconvertido de sus enseñanzas, fue sin duda, o es, vamos hablar en presente, aquel al que conocemos por el nombre de JESÚS.
Estas fueron tan fuertes que hasta los mismos que quisieron servirse de ella para sus propios fines, acabaron al final por darle un dimensión universal.
La mayoría sabemos que Jesús no nació en estas fechas. En la época anterior a él, se celebraba ya el solsticio de invierno. Era una celebración ancestral y arraigada, tanto que al no poder eliminarla como fiesta pagana, la transformaron en lo que hoy conocemos como la Navidad o Natividad de Jesús.
Pero quien era éste niño en realidad? muchos sois cristianos libres pensadores, otros católicos, otros como yo creemos que éste formaba parte de una estirpe de avatares que tenían una misión muy clara.
Siento decir que desde hace muchísimos años, el concepto de mezclar la iconografía católica con él es algo que me resulta extraño.
Creo que en alguno de mis primeros post expliqué que siendo niña ya sabía que no estábamos solos en el Universo. En los últimos publicados, dejé bien claro que tengo clara conciencia de que tenemos hermanos más evolucionados que tutelan nuestro crecimiento sin interferir más que lo justo.
En el último post precisamente, el V, se hablaba de esto. Para mí, es un ser universal al igual que otros que nos han también visitado y convivido entre nosotros, pero esencialmente hablaré de él. Siempre he sentido haber hecho un largo viaje a su lado. Fui Hebrea, no tengo dudas. Soñé a lo que me dedicaba como mujer en aquella época para sobrevivir y reconozco el enorme sufrimiento que supuso para un alma que ya era consciente.
Desde ese punto imagino lo que fue para él, un ser plenamente consciente de quien era, vivir en esa época.
Jesús clamó a su padre, para que le ahorrara el sufrimiento de lo que se le venía encima. Lógico, no era una experiencia que tuviera que vivir para él sino para que quedara constancia de su paso entre nosotros. Sin ese hecho dudo mucho que su repercusión en la historia y en nuestras conciencias hubiera llegado a nuestros días.
Jesús es un avatar, un ser de otra dimensión, que vive en algún lugar y espera el momento de volver a recoger a los que dejó aquí pero que pertenecen a su mundo. Estos serían los 144.000 elegidos.
Pero que quiere decir todo esto?
Jesús es para mí lo que hoy podríamos llamar un extraterrestre. Es como el capitán general de una flota de seres que se repartieron a lo largo de este tiempo (desde que él vino) hasta nuestros días, para ayudar a la humanidad a crecer en inteligencia y a luchar contra las sombras de su propia ignorancia. Muchos de sus hermanos y él mismo, han seguido aquí susurrando conocimientos de toda índole y conciencia para todo el que estuviera lo suficiente sensibilizado para escucharles. Así se han hecho los avances en los últimos miles de años, después de que no pudieran hacerlo de forma directa, cuando convivian entre nosotros y nos enseñaban.
No solo ellos, también los otros avatares que vinieron para las otras razas están trabajando.
No se si quedó claro en las otros post que escribí, pero de esas constelaciones de las que entre otros los Mayas tuvieron conocimiento, como en Asía y Mesopotámia, vinieron a visitarnos seres con distintas características, valores y colores, por decirlo de algún modo. De ahí las 4 razas principales con sus rasgos bien marcados y delimitados. La blanca, la negra, la amarilla y la roja y de ahí las muchas razas fruto de las mezclas. Lo importante es que cada raza vibra con unos valores muy claramente determinados y que la autentica civilización de este planeta será la resultante de la mezcla de todas ellas. No penséis que los movimientos migratorios que hoy en día existen solo obedecen a cuestiones de supervivencia material, es la supervivencia de la raza que gobernará la tierra.
Esos 144.000 a los que aludía cuadran por número perfectamente con el resultado de multiplicar las 12 tribus de Israel por sus 12.000 miembros, o, para los que les apetezca pensar, en la multiplicación de los 12 signos del zodiaco por no recuerdo ahora muy bien el qué pero se clavaba. En cuanto lo recuerde os lo cuento.
Todo esto es simbólico en el sentido de que las 12 tribus tenían unas características arquetípicas que contenían una genética determinada a nivel espiritual. Hoy cualquier ser humano nacido en cualquier sitio y de cualquier raza, puede ser un miembro de esa tribu.
De lo que hablo es de atributos del alma o el espíritu, no de la raza física. Entre otras cosas porque la mezcla ya está hecha. Todos hemos nacido y seguramente más de una vez, en cualquiera de las 4 razas y precisamente los que más se han mezclado son los que tienen un despertar más evidente hoy en día.
Hoy es Noche Buena y como no tenemos otra fecha para conmemorar su nacimiento, espero que todos pensemos en el significado y la alegría de haber contado entre nosotros con un hermano mayor que viniera a guiarnos. Espero que todos los que esta noche o mañana o cualquiera de estos días lean esto pensemos fuertemente en él y le demos las gracias por tutelarnos, por cuidarnos, por abrazarnos cuando estamos solos, tristes, abatidos y sin esperanza, pero también cuando nos acompaña en la profunda alegría de vivir que sentimos cuando el amor anída y reina en nuestros corazones.
Feliz celebración del nacimiento en nuestro mundo de un ser que nos guía y tutela desde su nave espacial, cuya vestimenta no es ciertamente ya la que fue sino que viste la que le corresponde a un ser multidimensional en carne y en espíritu.
El más grande de los abrazos amigos míos y mañana seguiré compartiendo estos días tan especiales con todos vosotros.....
Con infinito cariño
Enri
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