viernes, 21 de febrero de 2014

La emigración, el poder y la corrupción de las almas...



 Se me cae el alma al suelo...no, más abajo aún.

Hace unos años, la agencia para la que trabajaba me pidió hacer unas traducciones de francés de una conferencia que daba una experta africana, no recuerdo nombre ni procedencia, pero para el caso es igual.

Lo que traduje sobre el problema de la emigración subsahariana me dejó con unas reflexiones que saltan de nuevo a mis entrañas cada vez que nos enteramos...y lo que queda sin saberse... de los asaltos a la frontera.

La hipocresía, desviación, manipulación hacen que nos enfoquemos en quien dispara mientras que quien manda disparar queda como siempre tras el telón. Es cierto que la responsabilidad de quien dispara es la misma de quien manda disparar, porque en la voluntad y la conciencia está el negarse. Eso también desvía la atención del autentico problema que es resolver el que ningún pueblo, ningún ser humano tenga que llegar a los extremos que llegan estas personas para sobrevivir. Porque aquí, no nos engañemos, hay mucho más a contemplar que cómo matan a unos chavales delante mismo de lo que ellos consideran la puerta a su libertad.

En esas traducciones supe que desde sus pueblos de origen, pasan muuuucho tiempo malviviendo, trabajando en lo que surge, haciendo cuanto pueden para ir remontando el rio de un país inmenso, África. Lo que tienen que pasar, lo que tienen que abandonar y lo que tienen que hacer para llegar a morir a la orilla de cualquier lugar, porque de los que llegan, muchísimos más se han quedado en el camino, no tenemos ni idea. Las penurias son infinitas y cualquiera de ellos podría escribir su particular odisea...si es que la vida les da opción a poder hacerlo. Si es que siguiera saben escribir. Si es que siquiera llegarán a su meta para encontrar lo que se encuentran.

Mi niña, ayer, viendo las noticias de Kiev, del pueblo de Ucrania y enlazándolo con esto me decía alarmada, enfadada, dolida, asqueada e impotente que para qué venimos a este mundo. Ella sabe cómo pienso, cómo soy, lo que promuevo entre los mios y los que están un poco más allá. Que debemos entender el contenido de la vida y sus circunstancias abarcando más allá de lo que parece evidente.

Me decía que eso de que venimos a aprender, a crecer, a evolucionar, cómo se podía entender eso en un mundo donde no puedes hacer nada, donde el poder tiene la fuerza de hacer lo que le dé la gana impunemente, que cómo podíamos crecer en paz cuando morimos antes de crecer, cuando morimos de a poco en un mundo donde las injusticias más grandes nos las presentaban a la hora de comer o del café, viéndolas muchos sentados en un sofá y le parecía una incongruencia, cuanto sabe que pienso, con lo que ve.

No me sorprendió, hasta la persona con más fe se da cuenta que los demonios tiene la sartén por el mango. Todos somos almas encarnadas, no me cabe la menor duda, todos somos seres que venimos a saber lo que hemos olvidado... Pero los hay que parecen no querer recordarlo y esos son los que en su locura, que parecen muchos más de los que son pero mandan sobre muchos menos de lo que piensan también, están tejiendo un mundo donde la importancia está centrada en la supervivencia del día a día a todos los niveles.

No hay sin embargo otro modo de resolver esta profunda crisis, que precisamente delata como los últimos coletazos del dragón, que está agonizando, que mirar hacia adentro.
Al igual que en una pareja cada uno tiene que mirar aquello que les ha conducido a la situación que a la que han llegado. LA sociedad tiene que mirar, todos tenemos que reflexionar qué clase de energía, pensamientos, decisiones, omisiones, actos cometemos que nos han llevado a la situación actual. No sólo aquellos seres de alma pútrida tienen responsabilidad sino que los demás tenemos que ver qué hacemos con eso que nos provoca una reacción u otra.

Imaginemos qué pasaría si todos los guardia civiles, si todo el pueblo de las fronteras si todo el país entero hubiera dicho "NO" queremos que entren en Paz... Para llegar a eso, que no es imposible, al menos no lo es bajo las premisas siguientes, cada ser humano de este país tendría que sentir que nadie le domina, que no necesita ese dominio y que damos la espalda a cuatro demonios que no pueden manejarnos sencillamente porque su fuerza es nuestra ignorancia. Nuestra ignorancia no sobre el alfabeto, sino sobre cuestiones más profundas que fueron manipuladas desde la noche de los tiempos. Así para tenernos controlados y que nunca podamos salir adelante en ese mundo que todos soñamos es controlándonos los unos a los otros, utilizando sistemas a través del miedo y la ignorancia que lo natural es que hay quien mande y gestiones, que sean nuestros amos y que sea natural que el poder lo puede todo.

Qué hubiera hecho un rey si no tiene soldados ni recaudadores para mantener su estatus y su poder. No existiría tal poder. Sencillamente no existiría la figura de un rey.

Es ahí, en este simplificadísimo supuesto donde me baso para llegar a varias conclusiones.

Una: que tenemos una responsabilidad brutal en lo que nos acontece porque tanto por un lado nos embrutecen como por el otro no estamos aún en condiciones de desembrutecernos. Unos menos que otros, cierto.

Dos: Que no tiene que ver con saber de letras ni de números, tiene que ver con la condición del alma que no se aprende en la escuela sino en la misma vida, vida tras vida.

Tres: Que precisamente en este momento confluyen fuerzas externas e internas de todo orden tanto individuales como colectivas que están librando una batalla infinitamente más decisiva que la que vemos por los medios de comunicación y que todos notamos en la parte personal, la descomunal complicación que trae pareja la inteligencia mental con el desfase de los patrones emocionales y valores que cada uno ha alcanzado.

Cuatro: Por lo tanto, según entiendo, tan sólo una toma de conciencia que transforme nuestro sentido interno, nuestra capacidad de sentir que es absurdo a estas alturas, al menos para mí, un sistema como el que tenemos, un sistema jerárquico piramidal que infecta todo hasta remover los más oscuros rincones de cada cual hará que el mundo empiece a girar en otra dirección. Es tanto, tan vasto, tan inmenso el trabajo por delante que si no damos el primer paso de aceptar que somos tan responsables del mundo que habitamos como el que más, no podremos darle la vuelta.

Quinto: No es posible quedarse de brazos cruzados mientras hacemos esa profunda transformación interna, pero si sabemos ya que ciertas formas de confrontación no sirven más que para alimentar el poder del sistema actual. Por lo tanto es absolutamente necesaria ese trabajo interno para saber donde está cada uno, quien, es, qué quiere y cómo en esa incorruptibilidad proponer acciones que construyen un nuevo sistema poco a poco en vez de ir a abrazarse a la lanza levantada del viejo y agonizante actual porq si hacemos eso, nos calvaremos esa lanza hasta el fondo y la misma sangre lo alimentará.

Sexto: Este sistema es un vampiro que nos está restando vida, a todos los niveles. Y seguirá chupando la linfa de la vida hasta que CADA UNO DIGA BASTA! Por ello a cada uno le irá yendo de un modo distinto y cada vez más, según sí mismo. Somos los constructores de nuestra realidad, por más que nos pese. Es así.

Antes morir de pie que seguir viviendo de rodillas...Y esto no se refiere necesariamente a la muerte física.

Enri

http://www.publico.es/actualidad/503164/un-video-demuestra-como-la-guardia-civil-disparo-a-los-inmigrantes-al-grito-de-vamos-cabrones

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