miércoles, 12 de marzo de 2008

Terapia regresiva (II)

Como os contaba ayer, pasé al "divan" y allí de inmediato la terapeuta volvió a preguntarme si quería trabajar con el mismo tema que comenté. Asentí y comenzamos la sesión.

Antes de continuar, debo decir que la tarde anterior nos iniciamos todos con una regresión colectiva. Según la terapeuta, es algo muy suave y casi nadie ve nada...pues yo sí vi...

Nos conducía a través de la regresión y comenzó a orientarnos hacia nuestros pies. A partir de ese momento mi pies estaban calzados con confortables babuchas de color malva, llevaba unas medias blancas y un vestido de terciopelo lila con un cinto de tela del color de las babuchas. Me veía sentándome ante un escritorio cuyo estilo podría definirse renacentista, pero mis ropajes no concordaban con eso. Luego nos pidió que tratáramos de ver si estábamos solos o acompañados e inmediatamente me vi con mis padres. En ese momento sentí un calor en el pecho, un amor inmenso me envolvió y supe que era mi primera familia, una a la que llevaba echando de menos desde tiempo infinito. No pude contener un sentimiento de plenitud que se tradujo en un llanto silencioso aunque el primer suspiro de rompimiento emocional alertó a los ayudantes que estaban para eso, para ayudar a que si alguien entraba en contacto con profundas emociones no estuviera solo y fuera contenido y calmado.

Después nos pidió que fuéramos a casa, a aquel que considerábamos nuestro hogar, a algún lugar donde siempre hubiéramos querido volver y...volví... Tanto tiempo atrás..o tal vez en ese mismo instante...

Me encontré ante un lugar hermoso, de grandes columnas blancas, en algún lugar inespecífico de un tiempo del que no tenemos más que leves recuerdos. Allí me encontré con muchos amigos que reconocí de esta vida, personas con las que he tenido relación, una relación sentimental. No me sorprendió. Luego nos rogó (la terapeuta) que preguntáramos algo que fuera de vital importancia para cada uno a una de esas personas y por supuesto pregunté......Pero eso se queda para mí...

Sólo diré que la respuesta la sabía en mi fuero interno, porque todas las señales que he recibido siempre con respecto al tema de la pregunta habían ido siempre en la dirección de la respuesta...Pero eso quedará sólo para mí y si algún día se cumple dicha respuesta entonces sabré que realmente no soñé y que estuve...otra vez allí...

Debo decir que soy una persona bastante contenida y que me cuesta mucho manifestar mis emociones a no ser en un ambiente de extrema confianza. Lo que me convenció a mí misma de estar viviendo algo que no era producto de mi fertil imaginación es que no sólo vi sino que sentí. Hubieran podido ser solo imagenes pero sin esperar nada de lo que me encontré... con ello me topé...

Digamos que eso me preparó para lo que luego vendría al día siguiente...aunque yo aún no lo sabía...

Empezó por la relajación y mientras me entregaba a su voz y a ralentizar mis pensamientos y tomaba consciencia de mi respiración, me centré en visualizar lo que ella me proponía.

Mi miedo a no ver nada, a no percibir nada, estaba otra vez de visitante inoportuno, pero mi voluntad de experimentar era mayor y mi deseo sincero de intentar comprender algunas pautas que se repetían en mi vida con respecto a mis relaciones afectivas iban cobrando a cada segundo más fuerza.

En la sala no acababa de hacerse el silencio, yo lo percibía todo: gente que abría caramelos, que tosía, que murmuraban entre sí, que salían al baño.... yo era perfectamente consciente de todo. Durante unos breves minutos estuve a punto de interrumpir la sesión y pedir silencio, pero al mismo tiempo ya había llegado demasiado lejos...estaba en la antesala del momento en el que entras directamente en regresión y mi curiosidad, deseo sincero y necesidad de ir un paso más allá en mi propio conocimiento pudieron más y entré directamente.

Cristina me guiaba hacia una de mis vidas donde pudiera visualizar una pauta claramente reconocible en mi vida presente.

Atravesé una leve niebla y enseguida me vi delante de un templo, Me vi vestida y sentí que era una vestal griega. Era una joven esbelta y de pelo muy oscuro, con el pelo recogido y bucles cayendo sobre mis mejillas. Era una vestal que practicaba la magia sexual para transmitir a los visitantes el poder alquímico del amor físico pero a mí como a las demás nos estaba prohibido entregar el corazón o al menos a reconocerlo públicamente....Mis padres me habían entregado al templo sobre los diez años y la iniciación y los votos solo consentían el amor universal....Pero llegó el hombre por el que abandonaría todo....

Cristina me trasladó a otra escena significativa, debe hacerse así por lógica...

...y me encontré reunida ante la sacerdotisa mayor. Nos había reunido a todas ante mi negativa de entregarme y aunque la mayoría me entendía, el miedo pudo más y fui repudiada y echada del templo... Lo siguiente fue verme fuera de él y marchándome hacia el monte para encontrar un lugar donde cobijarme...

Enseguida encontré un paralelismo con ciertas pautas de mi vida y lo comenté en voz alta, pero la terapeuta enseguida me llamó al orden comentándome suavemente que no hiciera juicios, que era un juego de la mente y que prosiguiera con otra escena significativa....

Le vi a él, delante del templo, al hombre que amaba, pero jamás volvimos a vernos. La sociedad, las costumbres y la conciencia del momento no permitían vivir la historia de otra manera. Ambos aceptamos la separación y el sacrificio como parte de nuestras vidas. Lo siguiente que vi fue una anciana bastante serena esperando el momento de mi viaje hacia el más allá.

Cristina me pidió que me dirigiera hacia el espacio entre vidas y que tratara de sentir qué me había enseñado aquella vida..

No recuerdo cómo pero supe que hay que darle el justo valor al amor humano, que era, es, tan sagrado como el amor divino. Amar con el corazón me había permitido sentir una profunda paz, dentro de una tremenda soledad...pero no sufrí mucho, acepté como compañía ese amor sabiendo que él estaba igual...

La pauta qe se repite en esta vida...lo iremos descubriendo a lo largo de los demás relatos, al final..

Todo lo que dije, lo que aprendí en ese instante, lo que extraje del bagaje más profundo de mi corazón, no lo recuerdo apenas, pero está todo transcrito y grabado y en cuanto me lo hagan llegar iré añadiendo y recuperando conceptos que me resultaron en ese momento una gran enseñanza para mí misma y para los que estaban en la sala. Lo sentía en esos momentos por el profundo silencio que percibía y supe después porqué...a muchas de las personas que allí había, les había tocado algún punto de su alma, algún dolor que provocó un llanto sanador.

Aun no me despertaría y antes de terminar la sesión aún hubieron una o dos vidas más, igual de intensas....pero eso se queda para mañana....

Un abrazo muy fuerte....

Enri

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