Hola Andrómeda;
Siempre agradecida por tu gentileza.
Aprovecho para contestar a tu comentario y de paso dar mi opinión sobre el asunto.
Es verdad que el tema de las sinastrías es fascinante ya que toca a lo más intimo de cada uno y hablo ahora de las relaciones íntimas, no sociales, ni asociativas. Toca lo que más nos mueve y nos conmueve, la necesidad de ser amados.
Todos tenemos capacidad y podemos amar. El tema es que no tenemos control alguno sobre él que tenemos enfrente, es decir sobre la posibilidad de que nos correspondan. Hablo ahora de este sesgo, del que representa la dificultad porque cuando se ha encontrado a la persona o se han encontrado dos personas que se aman, ni se preocupan ni les importa demasiado saber más, simplemente porque su búsqueda se ha terminado. Lo que quieren es vivir su amor y disfrutar de la alegría que proporciona, es decir la complicidad, la ternura, la confianza.
Cuando encuentras tu amor sientes que con tu compañero o compañera te puedes dejar ir, perder el control, ser vulnerable. Sabes que puedes esperar que la persona que tienes al lado sepa estar a la altura de lo que necesitas. Contenerte cuando te desbravas por el carácter, comprenderte cuando eres una sopa en llanto, serenarte y acunarte cuando la vulnerabilidad y la fragilidad se apoderan de tí. Te ayuda a ver todo lo que puedes conseguir de tí mismo/a, de tu trabajo, de tu potencial vital en todos los sentidos. En definitiva, cuando eres amado y amada en toda la dimensión de la palabra es cuando el crecimiento consciente surge solo. Deseas sumergirte con toda tu alma en esas aguas cristalinas a veces, turbulentas otras y las más de las veces, solearse al sol de la alegría de vivirse y compartirse. Esa es la unión carismática.
En el artículo precedente se hablaba de ello.
Quiero enlazar dos cosas: las almas gemelas por un lado y las uniones carismáticas por otro.
Se ha escrito mucho sobre eso. En un apartado del artículo se hablaba de un libro, de una historia de un ser que renuncia a su crecimiento por buscar a su alma gemela y cuando tras muchas vidas la encuentra, resulta que ella no está despierta, está comprometida y no le reconoce.
Esto me sirve para explicar como lo veo yo.
Para mí es imposible esa historia en el mundo íntimo del alma. Lo que explico es desde luego mi opinión y no está sujeto más que al fruto de mi entendimiento, con lo cual en modo alguno digo que no pueda ser de otra manera, pero para mí esto es así:
Un alma no puede decidir renunciar a nada que ella no necesite porque sus necesidades, cuando salimos de nuestro cuerpo al terminar nuestro ciclo de vida, son completamente distintas a la emocionalidad tal como la entendemos a nivel humano.
Por lo tanto se entremezclan en esa historia dos cosas que no pueden ser.
La búsqueda, el anhelo perpetuo de sentirse completo, es algo que nos envuelve vida tras vida y que solo se cumple en función de la propia evolución del alma y no al revés. No es la necesidad lo que colma el alma sino el alma la que colma la necesidad. A medida que ésta se va llenando de la conciencia de "ser" atrae por vibraciones lo que necesita en un momento dado aunque aparentemente esto no sea "bueno" o que se le asemeja en otro momento dado.
Creo que no somos evolucionados en una vida y en otra no. Creo en la progresión, en la batalla diaria con uno mismo, reflejo de las batallas constantes por la supervivencia emocional, y digo bien emocional.
Lo que nos distingue de toda otra criatura de la creación es la capacidad compleja de sentir muchas cosas. Todo ser, ya sea que se llene de forma compulsiva de movimientos orientados hacia el materialismo ya sea hacia elevar su mirada a lo más profundo de sí mismo en busca de respuesta, lo que hace es llenar su corazón y su alma, cada uno según su nivel y sus herramienta.
De ahí que la búsqueda eterna del ser humano sea llenar el corazón, el alma, ya sea con el amor o con un buen coche, porque cada uno según su nivel de conciencia buscará de modo distinto.
Pero volvamos a lo de la búsqueda específica del "amor de nuestra vida."
La experiencia me ha demostrado que se pueden tener muchos amores, mejor dicho, estar enamorado, o creer estarlo, muchas veces, y cada una de esas relaciones o sentimientos pueden ser o no correspondidos. En esos amores o relaciones íntimas nos encontramos con experiencias que nos mueven hasta los cimientos de las entrañas, ya sea para bien o para mal. Normalmente si se suele tener más de una relación es porque la persona necesita aprender mucho sobre sí misma y el amor mismo.
Esto en astrología, está claramente definido en la carta natal y luego ya se puede hacer la sinastría con la pareja para entender mejor por qué nos encontramos con relaciones que reflejan claramente nuestras dificultades o carencias o nuestro potencial para amar y ser amado.
Pongamos un ejemplo:
Alguien con un Saturno en Cáncer, el signo de la máxima nutrición, contención, necesidad de intimidad, demostración del afecto y sensibilidad a la recepción del mismo. Con Saturno en ese signo, la persona, independientemente de otras consideraciones que hagan más difícil el tema o más suave, nos dice que teme ser emocionalmente dependiente y normalmente tendrá algún aspecto en la carta, que para no reconocer eso en sí mismo, dirá que le es molesta la dependencia emocional y lo manifestará con disgusto o rechazo sin darse cuenta que esa actitud de otros está reflejando su propio problema. ¿Qué hará normalmente? ¿cuál será su comportamiento en las relaciones estrechas?
Se distanciará y negará su necesidad de intimidad. Le costará tanto dar como recibir y se encontrara con relaciones muy demandantes y posesivas. ¿Y qué nos quiere decir esto? que sus necesidades de intimidad son esas, una necesidad de sentirse seguro encubierta y no reconocida y atraerá a personas inseguras e inmaduras emocionalmente, lo mismo que hay en lo más profundo y oscuro de su alma.
Se mostrará duro y frío, con tal de no hacerse vulnerable al rechazo o al abandono. De ese modo no tendrá relaciones sanas, sino enfermas y por lo tanto cómo va a encontrar al amor de su vida? ¿entonces? de qué sirve conocer si una relación es kármica, si la arrastramos de otra vida? acaso no es lo más importante tratar de hallar la respuesta en cómo somos ahora? no será eso pista suficiente para saber que sólo atraemos lo mismo que tenemos por dentro?
Si no te quieres no te querran, ni tampoco sabrás querer aunque te quieran y por lo tanto perderás a quien se te acerque porque no le reconoceras.
Luego continúo con este ejemplo....
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