Luna Llena en Aries, o la guerra interna…
La luna Llena se produce a los 12º 43’ de Aries. Una luna en
un signo que encenderá las emociones.
Venimos de una Luna nueva en el signo de Virgo, que nos
pedía orden y limpieza, orden y limpieza en la cabeza, en el corazón, en el
cuerpo y en todos los ámbitos de nuestra vida.
Virgo pide el cuidado constante de todo aquello que forma parte
de los hábitos cotidianos, el orden que conforma nuestra vida, la eliminación
de lo que no nos sirve y la renovación que produce costumbres más saludables, sea
en nuestro mundo interno, sea en el que nos rodea.
Las Lunas nuevas son semillas que van creciendo y tienen su
punto máximo en el plenilunio. En ese momento, se produce la luz suficiente
para ver si hemos hecho el trabajo que se nos pedía en este periodo. Son dos
semanas en las que el orden interno debe tomar decisiones para mejorar la
calidad de nuestro devenir.
Higiene, pureza, son palabras clave. Higiene emocional, física,
mental, espiritual. Recordemos que el signo de Virgo es aquel que llama a
separar el grano de la paja, a ser prácticos, a encontrarle la utilidad a las
cosas, las ideas, las razones, es el signo del servicio, del principio de razón
que lleva a alguna parte.
Nos hemos estado planteando si nuestra vida va en la
dirección que queremos o si estamos haciendo aquello, práctico y útil, que nos
lleve en esa dirección? ¿Hemos puesto los pies en el suelo? Hemos aclarado
nuestras ideas? O por el contrario somos presas del caos cotidiano donde vamos viviendo
sin tomar las riendas? Esto, vale lo mismo para cada ser individual que para el
colectivo.
Ahora bien, vivimos en una época y momento en los que las
energías telúricas del planeta están en plena transformación, el cuerpo astral
del planeta está adaptando el nuevo cuerpo físico, necesario para su expresión
más elevada. Aquí hay mucho de qué
hablar, mucho que poner en orden, las ideas pueden parecer caóticas, pero es
necesario pararse y meditar con calma para no perderse en el laberinto de
acontecimientos. Todo va muy rápido y es necesario que bajemos el ritmo
cardiaco con respiraciones y meditación para poder enfrentar, con garantías, este
periodo extraordinario que estamos atravesando.
Desde el pasado mes de agosto en el que vivimos dos
eclipses en Leo, todo se ha acelerado. Por un lado, los elementos, el agua, el
fuego, el aire, la tierra, no han parado de manifestarse, unas veces provocados
por la mano del hombre, otras, porque tal como he explicado en otras ocasiones,
los elementos son entidades vivas, son las fuerzas de la naturaleza para producir
los cambios que necesita y están actuando y de qué manera…
Dentro de nuestro sistema interno individual también estamos
hechos de los mismos elementos, los físicos y etéreos y por lo tanto, toda
convulsión a nivel planetario se está produciendo a nivel individual. De un
modo u otro, las vidas de todos está cambiando, la de muchos seres,
directamente cambiando de plano, por que han terminado su ciclo aquí y lo han
hecho a través del caos de la naturaleza, por el colapso de su cuerpo a través
de enfermedades, de forma abrupta por accidentes o por la mano del ser humano
que provoca partidas colectivas o individuales hacia esos otros planos de la
existencia.
El caso es que cuando atravesamos los signos, los atraviesa
todo el planeta y las energías y valores que transmiten y piden en ese momento
es para todo plano de existencia.
Estamos asistiendo a un caos creciente en el mundo a todos
los niveles, pero también, al mismo tiempo, está manifestándose el esfuerzo por
poner o encontrar ese orden.
Las polaridades en las que cada cual se está posicionando,
porque es un tiempo en el que caben pocas medias tintas, está sirviendo para tratar
de encontrar la vida misma, su equilibrio.
En estos momentos del paso de una dimensión a otra, las líneas
de tiempo se evidencian a través de cada decisión, de cada búsqueda de la
pureza o del egoísmo, de permanecer bajo los viejos paradigmas o tener el valor
de abrazar los nuevos…. Y sin embargo, esto no es una decisión mental, no somos
capaces de darnos cuenta dónde nos estamos situando, al menos el grueso de esta
civilización, hasta que no estén más definidas. Quien se quede en las viejas
energías, no sabrá que hay otras que transportan otras almas hacia un nuevo
destino, así como lo único que decide dónde se situará cada uno es uno mismo.
Nada ni nadie puede decidir de otro modo que tomando decisiones en cada momento
que los lleve a un lugar de sí mismos donde experimentarán un nuevo cielo y una
nueva tierra.
Cuánto tiempo llevará este proceso, no lo sé, pero, sí sé
que está en marcha y que cada movimiento del Sol y de la Luna que nos marcan
tiempos, energías y valores a trabajar, nos acercan más rápidamente a esa
transformación de todo lo qe vive y existe sobre este planeta, sin entrar en
que lo mismo está sucediendo en el resto de nuestro sistema solar.
Soy consciente de mi vida y mi mundo inmediato y cercano,
pero igualmente de mi mundo y mi vida como ser universal.
Así que, en estos días, en los que, en mi querida tierra,
donde se desarrolla mi vida en estos momentos, está sufriendo, yo mantengo la
calma, participo de lo que sucede por solidaridad humana, aunque no participo
de las razones ni contenidos de porqué se hace. No importa, cada cual tiene
dentro su propia agenda y modo de gestionar a donde quiere ir y porqué.
Veo una gran inocencia, una inmensa manipulación, pero, la
claridad de cada cual es fundamental para no caer en el caos y como colectivo
están dando muestras de una gran madurez. La manipulación llega hasta donde
llega y el ser humano está despertando mostrando unos valores de solidaridad y
pacifismo que, aunque no lleve al propósito inicial, habrá llevado a la inmensa
mayoría a comprender y comprobar el valor de la unión y sobre todo de la
necesidad de empoderamiento del ser para dejar de vivir las experiencias de
yugo que lleva la humanidad miles de años padeciendo.
Todo lo que sucede en nuestras vidas tiene una razón de ser,
un porqué y en estos momentos, equivocados o no, todo el mundo debe salir de su
escondite interno, sin miedo y ser quien es. La recompensa es grande en
comparación a lo que se deja atrás.
Hoy, Luna llena en el belicoso signo de Aries, se puede
vivir de dos maneras, en el lado más positivo y productivo, siendo el líder de
nuestro propio cambio, o dejarse arrastrar por los valores de rabia y odio,
emociones altamente dañinas tanto para el que las vive como para el que las
padece. Si hemos estado haciendo los deberes estas dos semanas bajo la energía
sanadora y útil de Virgo, La lunación en Aries se manifestará de un modo, si
hemos caído en los valores de la otra cara de Virgo, la rabia por no ser
reconocido, el exceso de mente analítica que no deja digerir, el caos
interno que causa daños en el soma y nos enferma, se manifestará de otra.
Cuidado con las Lunas llenas que iluminan la cara oculta de
las cosas, vamos a ser conscientes, interna o a través de las noticias que nos
llegan, de temas, situaciones o ideas que estaban detrás del escenario y que
sin embargo son las que están moviendo los hilos. La idea es cortar esos hilos
y dejar de ser actor de la película de otros y ser por fin auténticos
protagonistas de la nuestra.
Palabras clave; empoderamiento, claridad, fuerza en la razón
y en el corazón, ambas equilibradas o nos perderemos en el desequilibrio.
Marte y Venus están en conjunción en Virgo, el
reconocimiento debe partir de uno mismo para sí mismo, el amor propio, el
reconocimiento de la dignidad de nuestro ser, la fuerza (marte) empleada en
manifestar los mejores valores (venus) que me hagan sentir que me amo, por lo tanto,
existo y de carambola los demás me ven, me aceptan porq no ven fisura en mí. Soy
útil (Virgo) a mí mismo y también por ello lo soy a mis conciudadanos, a la
naturaleza y a la vida en general. Cada eslabón (Saturno) con conocimiento y
consciencia (sagitario) está trabajando su alma (Plutón y directo ya) para ser
agente de cambio habiéndose cambiado y transformado primero a sí mismo.
No nos distraigamos demasiado con lo que pasa en el afuera,
no perdamos la perspectiva de porqué sucede todo más allá de las evidencias. El
mundo es un caos y debemos encontrar el punto de equilibrio que nos permita ver
entre lo que parece y es y lo que no es y parece. El camino hacia la verdad
interna está plagada de minas para que no lleguemos a ella y cuando llegamos,
cada uno tiene la suya. No importa, pero será la suya auténtica, no la de otros
que quieren atraerte a la suya para su beneficio.
Aquel que te deja pensar
libremente, déjalo entrar, el que no, atranca bien fuerte la puerta.
Es tiempo de cambio…y quien no lo quiere utilizará toda su
fuerza para impedirlo, hay uno que no puede parar nadie y es el que al final
transformará el mundo y es el cambio interno de cada cual. Cambio, transformación,
trascendencia, metamorfosis…
Un abrazo
Enri
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